viernes, 19 de noviembre de 2010

Descubren 5 siglos antes de Colón ya se había unido America con Europa



Madrid.- Cinco siglos antes de que Cristóbal Colón pisara por vez primera tierra americana, una mujer amerindia llevada por los vikingos hasta Islandia puso en contacto a europeos y americanos, según un estudio que concluye que dicha presencia precolombina en el Viejo Continente tiene además una base genética.

En el estudio científico, publicado en la revista "American Journal of Physical Anthropology", han participado investigadores españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de la Universidad de Islandia y de la biofarmacéutica deCODE Genetics, de Reikiavik.

Los investigadores han llegado a tan novedosa e importante conclusión después de analizar la genética de cuatro familias islandesas, de las que hoy forman parte unas ochenta personas.

En sus genes, según la investigación, se encontró un linaje de origen amerindio, después de reconstruir sus genealogías hasta cuatro antepasados cercanos al año 1700.

Más concretamente, el linaje encontrado, denominado C1e, es mitocondrial, lo que significa que fue introducido en la isla por una mujer.

Hasta ahora, informa el CSIC en una nota, se conocía que los genes de los habitantes de Islandia procedían de los países escandinavos, Escocia e Irlanda, pero no se tenían noticias de que su origen pudiera ser más lejano, al otro lado del océano y mucho antes de que Colón llegara en 1492 al Nuevo Continente.

La idea de que los vikingos, viajeros incansables, llegaron al continente americano siglos antes que Colón, si bien es verdad a tierras más frías, no es una novedad. Restos arqueológicos y narraciones ancestrales así lo atestiguan.

Es el caso del poblado vikingo descubierto en L'Anse aux Meadows, en Terranova, Canadá, o textos medievales islandeses como la "Saga de los groenlandeses" y la de Erik el Rojo, ambas del siglo XIII y en las que se apunta que tan temibles guerreros comenzaron a llegar a los costas americanas a partir del siglo X.

"Como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X -relata el investigador Carles Lalueza-Fox- la hipótesis más factible es que estos genes correspondiesen a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000. Curiosamente -insiste- este hecho habría permanecido oculto porque esta mujer era un personaje anónimo".

Fue hace cuatro años cuando se descubrió que cuatro islandeses, miembros de las familias investigadas, tenían un linaje mitocondrial C, ausente de Europa pero típico de los indígenas americanos y de los habitantes del este de Asia.

"Se pensó en un primer momento -continúa Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva, un centro mixto del CSIC y de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona- que procedían de familias asiáticas establecidas recientemente en Islandia".

Cuando se estudiaron las genealogías familiares "se descubrió que las cuatro familias provenían de cuatro antepasados situados entre 1710 y 1740 y de la misma región del sur de Islandia, cercana al enorme glaciar Vatnajökull", añade.

Para determinar que esa pequeña parte de los genes del continente americano habrían pasado a Europa, los investigadores, destaca el CSIC, emplearon una base de datos familiares -deCODE- que recoge las genealogías de todos los islandeses y del 80% de todos los que han existido.

Una información que resulta de gran utilidad para el estudio de enfermedades genéticas complejas, advierte el CSIC.

Bachelet afirma le aguarda trabajo "gigantesco" en favor de las mujeres







Santo Domingo, 18 nov (EFE).- La ex presidenta de Chile Michelle Bachelet calificó hoy de "gigantesco" el trabajo que en favor de la "igualdad, el empoderamiento y el respeto mundial" de la mujer le aguarda al recién creado organismo de las Naciones Unidas ONU-Mujeres, al frente del cual fue designada.
"Aún hoy en día tenemos cifras verdaderamente escandalosas del sufrimiento de las mujeres, como es el hecho de que cada año mueren 370.000 de ellas en todo el mundo por problemas de parto o de embarazo", afirmó la ex gobernante al pronunciar la conferencia "Mujer, Estado y economía" en la sede del Gobierno dominicano.

Significó, asimismo, el "grave problema" de la violencia contra las mujeres, al explicar que el flagelo causa más muertes al año entre las mujeres en edades de 15 a 44 años, que todos los fallecimientos sumados que dejan el cáncer, la malaria y los accidentes de tránsito.

La ex jefa de Estado, quien dio apertura hoy a la conferencia regional "Género, integración y desarrollo", convocada como parte de los actos en recordación del 50 aniversario del asesinato de las heroínas dominicanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, dijo que seis de cada 10 mujeres han sufrido o sufrirán algún tipo de violencia durante sus vidas.

"Tenemos que sólo en Estados Unidos el costo de la violencia contra la mujer es de 5,8 billones de dólares al año, mientras que en el Reino Unido es de 23 millones y en Canadá de 1,7 millones", afirmó, al lamentar que una de cada cinco mujeres o niñas sufrirán el intento o serán víctimas de violación.

Bachelet expresó que para hacer frente a esos males se necesita del esfuerzo "firme y constante" de los gobiernos, la sociedad civil y las Naciones Unidas.

"En ONU-Mujeres tenemos el reto gigantesco de trabajar en favor de la igualdad, el empoderamiento y el respeto mundial por la mujer, porque ya basta de tantas injusticias (...) estamos hablando de que hay que continuar mejorando sus condiciones sociales, de que el 70 por ciento de los dos billones de personas que viven con menos de un dólar al día son mujeres", exclamó.

Sin embargo, la primera mujer en alcanzar la Presidencia en Chile, dijo sentirse "entusiasmada" con las tareas que le esperan al frente del ONU-Mujeres, "que asumo para lograr que los derechos humanos sean, verdaderamente, derechos universales".

Bachelet, quien momentos antes de su conferencia fue condecorada por el presidente dominicano, Leonel Fernández, rindió tributo al ejemplo de "vida y dignidad" que en favor de la libertad ofrecieron las hermanas Mirabal, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 durante el régimen del ex dictador dominicano Rafael Trujillo (1930-1961).

Lo ocurrido a las hermanas dominicanas fue tomado por las Naciones Unidas para declarar el 25 de noviembre de cada año "Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer".

Restos del gran Freddy llegarán al país hoy










Los restos de Freddy Beras Goico arribarán al país este viernes, a las 4:30 de la tarde por el aeropuerto Internacional de Las Américas, informó Giancarlos Beras Mejía, uno de sus hijos y productor del espacio de televisión Con Freddy & Punto, el último espacio televisivo ideado por su padre.

Beras Mejía añadió que los restos mortales de quien fuera el más completo de los artistas dominicanos serán expuestos en el Palacio de Bellas Artes este sábado a partir de las 9:00 de la mañana, y agradeció en nombre de la familia a los artistas, autoridades y al pueblo por las muestras de solidaridad expresadas.

Giancarlos asumió la producción del programa Con Freddy & Punto, luego que se le detectara el cáncer de páncreas a su progenitor.

El presidente Leonel Fernández manifestó sus condolencias a los familiares del empresario televisivo e indicó que con su desaparición física no sólo están de luto sus descendientes, sino la sociedad.

Beras Goico nació en El Seibo, el 21 de noviembre de 1940. Era hijo de Máximo Ramón Beras y Angolina Goico. Al graduarse de bachiller en Filosofía y Letras, ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

En 1959, cuando inicia sus operaciones el primer canal privado del país, Rahintel, canal 7, Freddy ingresó a la empresa como camarógrafo.

Además fue conductor de un vehículo en el que se desplazaban destacados intelectuales, entre los que figuran Franklin Mieses Burgos, Federico Henríquez Gratereaux y Pedro Troncoso Sánchez. Posteriromente salió con sus padres y hermanos al exilio. Se radicaron en Colombia. Retornaron al país luego de la caída de la tiranía de Rafael Leonidas trujillo Molina.

En 1968 es contactado por Mac Cordero para formar parte de El Show del Mediodía, para entonces difundido por el canal 4. Allí compartió escenario con Julio César Matías (Pololo), Julio Aníbal Sánchez, Aurea Juliao y Milton Peláez, entre otros. También, fungió de prersentador y creó una de las secciones más populares: La Mulatona, en la que cantando, satirizaba situaciones cotidianas, mientras Angelita Curiel, bailaba.

El trovador y la dama (fragmento)


Marcio Veloz Maggiolo
II Emilia, con paso breve, divisó el jardín de la casa poblado de buganvillas moradas, rojas y blancas. En tres años nada había cambiado. Un fuerte olor a charcos llenos de insectos desovando como antaño sus futuras crias, subía impulsado por la temperatura que el viento del sudeste empujaba, galopando como si se tratase de una manada de mulos. El rebuzno tempranero de los asnos desperezados se asimilaba al croar de los macos en los charcos. La luna, morada como un caimito, se desplomaba resbalosa y brillante hasta chocar con la cresta de la cordillera, desde donde rodaba hacia los arroyos llenando de reflejos ya opacos los caminos de Samaná.

Cuando Emilia descendió de la goleta con la poca ropa o “muda” que supuso usaría en la visita, Los niños de Juan Trident, –cortador de caña en los pequeños poblados en cuyos trapiches se elaboraba el azúcar prieto, la melaza, la raspadura y el papelón–, cargaban madrugadores baldes de guarapo que serían enviados a la ciudad capital en la misma goleta que retornaría a Santo Domingo en dos días, con carga de ñame, yahutía, plátanos verdes, y pan de batata, apreciado en la capital.

–Adiós doña Emilia, ¿algún recado para su general? Gritó sin malicia Fermín, viejo marino ya conocido por ella desde su infancia. La pregunta de Fermín, ojos verdes y manos corrugadas como de cartón estrujado , le sonó a burla y Emilia silenciosa negó con un gesto. Como una emperatriz del silencio de la selva que rodeaba la casa de su padre, llevaba en su bolso de cabuya tejido con flores secas, una botella de ron añejo de la marca Piloto, el que su progenitor acostumbraba a beber cumpliendo frente a los altares de la casa una especie de ritual nocturno donde quedaba incluido, como en un cuadro del pintor Juan Anadel, el ruido del mar. En el fondo de aquella misteriosa pintura donde bramaba el oleaje y se oían los gritos de las jovencitas violadas por los soldados de Napoleón en 1802, se presentía tras el tono oscuro del paisaje el rostro del que fuera su padrino, quien acostumbraba a pintar mar afuera, en una barca remada por Filomé Sampié, quien muriera junto a su amigo Anadel en un pleno y sorpresivo mar de fondo.

El cuadro, con una imagen de Napoleón Bonaparte mulato, mano en pecho y con cachimbo samanense, rodeado de mujeres y adolescentes, vino flotando a la playa como un pez herido por los aguijones de la brisa, y allí, sangrante, aleteó y quedó muerto hasta que le avisaron al viejo Soulastre que una imagen del jefe de los franceses de hace ya tiempo había venido por cuenta y voluntad propia a la playa también llamada Andel, y que pudo haber sido el último regalo del pintor nacido en los cenagosos puertos de La Martinica, a su amigo y compañero de parrandas.

Musie Soulastre llevó a su aposento la imgen de “Napoleón Náufrago”, como le llamara, y cuando se hubo secado envió el cuadro a París, donde antes de restaurarlo le aplicaron una dosis de respiración artificial boca a boca hasta que respiró, y mirando hacia los alrededores reconoció que aquel tampoco era su lugar de origen.

Brotaron lágrimas de sus ojos y el milagro atrajo a los pintores de la época, los que hubieran querido conocer personalmente a Juan Anadel. Cuando el Napoelón Náufrago fue restaurado y la ficha llegó con la obra, Musie Soulastre le puso altar, y encargó a la bruja Melanea Saints para que lo cuidara, le limpiara las legañas y diera brillo a sus tantas medallas e irrefrendables medallas.

En las noches el cuadro era acostado sobre la vieja cama matrimonial, junto a su dueño, luego de que Melanea le hiciera los rezos que corresponden a un conquistador de su ralea. La obra estuvo a punto de ser negociada cuando secretamente la Sociedad de Anticuarios de París pidió permiso al representante de Soulastre para colocar la misma en pública subasta.

Soulastre señaló que el Náufrago misericordioso que le acompañaba en las noches antes y después de la restauración, no era vendible porque dentro de aquel cuadro vivía su amigo Juan Anadel, quien desde el fondo marino debería estar observando las sombras de sus amigos y todo lo que pasaba en Samaná. Por tales razones había aparecido sin avisar y abandonado los fondos marinos de plúmbea humedad, y lento movimiento.

Napoleón Náufrago tenía la mirada de Musié Soulastre, lo que le complacia.

“Tiene mi mismo temperamento, si yo no fuera menos mulato me parecería a él, aunque el malvado, para mal o para bien, enviara aquí sus tropas para poner en cintura a tantos negros levantiscos”. Y era que Musié Soulastre descendía de francés con negra, y su madre fue de las primeras en inscribirse en los registros de afrachis que le pidieron a través de su marido blanco, las posesiones que a él le correspondía en los alrededores de Port Au Prince, y a ella en los lares de Samaná, por virtud de viejos terratenientes llegados de la villa de Puerto Plata cuando arribaron los grupos de canarios y recibieron tierras que luego pasaron a sus manos como mujer de servicio de dos campesinos de Lanzarote sin herederos, muertos de un ataque de misterio la misma noche en las celebraciones de la virgen de La Candelaria.

Al desmontarse del mulo que la trajo desde el desembarcadero a la casa, Emilia percibía cada vez más distante la oración del mar y en la bahía, el aleteo de los murciélagos frugíferos que planeaban y mordisqueban los nísperos y mangos maduros de la estancia, donde altos árboles de ilang despedían el penetrante perfume de la infancia como un volátil trozo de recuerdo, generando un salto mortal en la memoria.

En algo más de tres años en la capital no había perdido el recuerdo del perfume de los lirios del campo, diminutos y de suaves pétalos blancos. Respiró hondamente desechando la imagen de su marido y obligando con profundo respiro, a la tanda de olores campestres a meterse entre sus fosas nasales mulatas y anchas como la flor de la campana, como el capullo de la calabaza, ahuyama samanense cuya ensalada era del sabor de la tierra mojada, y cuyo color amarillo se lanzaba hacia la parte oscura del arcoiris denso de su boca forrada por la cáscara del níspero maduro.

Del mismo modo en el que los monteros que definían, en los altos de la sierra el olor de los animales cimarrones, Emilia ahora identificaba el de la flora que rodeaba su antigua casa de patio cercado por pitahayas, y amplios guayabales donde Melanea decía que venían los espíritus de los indios a comer el dulce corazón tan grato; al pájaro carpintero, inriri chauvial, nombre taíno que aún los campesinos usaban con el temor de que algún día vinieran en grandes bandadas y violaran a todas las señoritas del poblado, porque este pájaro maligno era como antes, malicioso, y las muchachas en tiempos de la maduración de los frutos, y en la época del “desarrollo” de sus cuerpos, cuando los senos apuntan y la caca de gallina se hace necesaria para el crecimiento de los pezones, se cubrían con pudor sus partes, y cubrían sus senos con gamuza y lona, para evitar el posible ataque del pájaro carpintero.

Se sabía que solo comiendo los huevos de la carpintera, el macho, que tenía una figa como pico, se alejaba de quienes había hecho la ingesta.

Cuando Emilia llegó a casa de su padre, era época de trepar las palmeras donde desovan la cigua y el carpintero.

Asaltar los nidos era nada fácil porque los carpinteros, en solidaridad con la cigua, única ave en el mundo con dos buches, atacaba con ferocidad a los que intentaban tomar los huevos de carpinteros, y los carpinteros atacaban igualmente a quienes confundiendo sus huevos con los de las ciguas, intentaban saquear equivocadamente los nidos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Conmemoran en NY 50 años asesinato de las Mirabal y 36 de Mamá Tingó


NUEVA YORK._ La Federación de Efemérides Patrias con sede en esta ciudad, Conmemoran los 50 años de los asesinatos de las heroínas dominicanas Patria, María Teresa y Minerva Mirabal y el chofer de estas, Rufino de la Cruz, quienes fueron liquidados por la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina (Chapita) el 25 de noviembre de 1960. La actividad, que está siendo convocada el viernes 19 a las 7:00 de la noche en la Escuela Secundaria Gregorio Luperón en el Alto Manhattan, incluirá la conferencia “Mujeres para la historia” a cargo de la doctora Daisy Cocco De Filippis.

La charla, abarcará aspectos principales de las vidas y trayectoria política de las Mirabal a las que el mundo conoce como “Las Mariposas”. Durante el acto, la licenciada Nurys González Mirabal, hija de Patria, dirigirá un mensaje vía teléfono a los presentes desde Santo Domingo. Un documental sobre la vida de Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), fundador del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio (1- J - 4) y la insurrección guerrillera de 1963, será exhibido en la actividad.

Se recordará además el asesinato de la activista campesina Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó) quien fue ultimada por agentes del Servicio Secreto (policía política) en el primer gobierno de 12 años del doctor Joaquín Balaguer.

Los organizadores esperan una masiva concurrencia de activistas comunitarios, dirigentes políticos y la comunidad en general. La Fundación de Efemérides Patrias es dirigida por Roberto Castillo y está integrada por el Comité de Homenaje a los Héroes y Heroínas de la Patria, la Fundación Caamaño Deñó, La Fundación Testimonio, Cristina Wynss, doctor Rafael Beaumont, Jacqueline Güilamo y Pedro Reyes.

El trovador y su dama


Marcio Veloz Maggiolo
I (fragmentos)
La goleta llegó al puerto de Santiago de Cuba y la carta de Ramiro funcionó como el sésamo ábrete de los cuentos de hada. Llevaba en una bolsa de alistado, su chaquet para actos oficiales, dos camisas, dos liqui-liquis de lino que habría que plancharl y …debió de haber llevado tambièn su guitarra, la que echó de menos casi con làgrimas en el alma, ya en alta mar.

En tu corazón hueco va mi canto Flotando sobre el mar, Y en tu cintura obrera vive el sueño De volverte a tocar.

Porque tocarte en la melancolía Sé que no podré más Rosa y Rocío, mis amores juntos, En tu voz hablarán, Porque un día la bala traicionará Mi pecho rasgará En esos versos ya Eduardo proclamaba su muerte. Pero otra mujer, cancionera como él, entraría de lleno en su vida, y haría de su amor una antorcha dentro del fuego de noches ardientes, imposibles para algunos incrédulos.

Luego de haber publicado unos relatos sobre las guerras federalistas en una revista de Santiago de Cuba, recibíó la visita de la inspectoría para darle un tiempo prudente para la casi inmediata partida, pues la información de que había asesinado a un General y jefe de la cámara de diputados de su país lo convertía en un personaje en el cual no se podía confiar.

La muerte del general Bermúdez, ocurrida en 1878, pendìa sobre sus hombros. A los “coños” españoles no les deberìa importar una muerte lograda en un duelo, en buena lid. cuando en Caracas todo estaba olvidado y estàbamos cerca de 1881.

El cónsul español en Santiago de Cuba le avisó que su nombre estaba entre los exiliados buscados por no haber cumplido condena, y que en caso de una petición de este tipo no tendrìa otra alternativa que meterlo en el primer buque que saliese hacia algùn puerto de su paìs, porque ahora las relaciones hispano-venezolanas eran “de lo mejor”, gracias al sentido de colaboración de la corona con el general Guzmàn Blanco.

Scanlan hizo clara conciencia de que se le habia prodigado cierto respeto, porque salvo la escaramuza politica que en principio de llevó a la carcel, los subditos cubanos bajo España lo trataron con distinción. Un cabo parlanchin, le dijo cierta vez con sorna, General Scanlan mire a ver manera en la que puede salir de Cuba, porque cualquier dia puede amanecer bocarriba con plomo entre ceja y ceja.

Dos dìas después de su llegada a Santiago de Cuba, una mujer llamada Concha Velàsquez le llevò secretamene aquel paquete que contenía un revólver calibre treinta y ocho, y una bolsa con pesetas que, sacada del seno turgente y rosado como una manzana, puso en sus manos. Las palabras entre Concha Velázquez, mulata de manos perfiladas y labios coronados por una lìnea oscura de vellos finos, fueron directas.

“A lo mejor tendrá que defenderse, por aquí las cosas no andan bien desde que terminó la paz del Zanjón”.

Al escuchar aquella voz grave y de tonalidades tropicales, le pareciò entrar en uno de los parques andaluces que había recorrido en sus viajes a España; sintió el perfume de las granadas del parque de doña Elvira, y vio el chorro plateado de las fuentes enmarcando de luces los enamorados que paseaban con cierto dejo de timidez, como si cometieran pecados mortales con pensar en los desenlaces matrimoniales.

Los poemas de Gustavo Adolfo Bécquer habían llegado a América como contribución a las serenatas y al romanticismo tardío del cual formaba parte el propio Scanlan.

Observó a Concha, a la que cariñosamente terminaría llamado La Orisa y pensò, como copiando un Becquer que dictara con voz ya tuberculosa aquella rima de Blanca: Tu aliento es de las flores Tu voz es de los cisnes la armonía, Es tu mirada el esplendor del día Y el color de la rosa es tu color.

Tu prestas nueva vida y esperanza A un corazón para el amor ya muerto. Tu creces de mi vida en el desierto Como crece en el pàramo la flor.

Eduardo había pasado las noches en casa de Eladio Pichardo, un dominicano que habìa huìdo de Santo Domingo con las tropas españolas llegando a Cuba en 1865, y había quedado cojo en uno de los últimos combates en el sitio llamado El Tablazo, donde Luperón le perdonó la vida. Entonces se enteró de que otros héroes dominicanos que habìan luchado en las guerras de independencia contra Haití, entre 1844 y 1856, como don Juan Nepomuceno Ravelo y el general Puello, habían también venido a Cuba por su participación como soldados españoles. Eladio tenía una casa de huéspedes y se habìa olvidado de las guerras.

A pesar de la noticia proporcionada por él mismo, Scanlan no le dio mucha importancia. Era un viejo soldado vencido por la vida y por la artritis.

De esos conociò muchos en Venezuela, primero estuvieron con el libertador y luego apoyaron la dictadura de Pàez.

-Memorias te manda Ramiro, quiere que te vayas cuanto antes, le dijo Concha.

Ha enviado una nota a tus viejos amigos de Azua de Compostela, donde estuviste cuando eras muy joven. Dice que alli está Tomás Ignacio Potentini, tu amigo de infancia.

Sorprendido por el mensaje de aquella mujer de bronce y laca transparente, de ojos verdes, raros como un espejo marino, Eduardo Scanlan silenciosamente dejó caer desde sus labios malhumorados un “no” rotundo.

“Me iré cuando quiera”, musitó. “Nadie me trazara rutas”.